sábado, 18 de octubre de 2014

HISTORIA #1

HISTORIA #1

La señora es: alta mide más o menos 1, 50, troza, de piel blanca, cabello largo, habla con brillo en los ojos (pero también se le nota el miedo en el rostro), tiene 48 años, estaba en la I. E. Liborio Bataller.

Esta es la historia de la vereda La Po, perteneciente al municipio de Segovia Antioquia, esto fue en 18 de julio de 2002. En dicha vereda estaban dando las clases normalmente a las 2:00 p. m. los soltaron y se desplazaron cada cual para la casa.

La profesora vivía en la casa de uno de los habitantes de la vereda, a las 3:00 p. m. la profesora estaba bañándose y organizándose después de una larga jornada de enseñanza, en ese momento llego el bloque metro e hicieron que la gente se acomodara en el colegio  donde ella trabajaba por 24 horas.

Este grupo solamente pensaba en robar, en matar y en saquear, no tenían otra visión cuando eran tipo las 6:00 p. m. ya todos estaban ubicados en el colegio y los grandes jefes hacían ir a la gente para preguntarles cosas sobre qué estaba ocurriendo.

Ellos en su camino ya habían dejado gente muerta como el presidente de la junta de acción comunal y un señor cristiano que estaba al llegar a la vereda, a estos los degollaron y los despedazó para que pudieran caber  en las fosas que habían hecho. Eran las 7:00 p. m. y nadie podía dormir, el susto no los dejaba porque pensaban que de pronto llegaba en ese momento la guerrilla sin embargo hicieron que dormían y un padre de familia fue con ella y su hijo a la casa donde estaban viviendo.

Al otro día estaba toda esa gente regada por todas partes, la mandaron a llamar los jefes y le preguntaron palabras como que si yo sabía quién era el que vivía en esa casa y que si algo tenía que aportarles a ellos el susto y la impresión no me dejaban y sin embargo uno de los muchachos del grupo me dijo antes de llegar donde el jefe que no me fuera a dar nervios que si me daban nervios me podían matar. 

No era cristiana en ese momento, así que tome aire y solamente entré y respondí las preguntas que él me estaba haciendo, en esas llegaron unos niños a estudiar de otra vereda, ellos eran indios y no sabía cómo decirles que se fueran porque de pronto los empezaban a investigar y podían hacerme matar a mí porque ellos si sabían quién era el que vivía ahí y que yo vivía ahí también con mi hijo, aunque no éramos pareja, pero ahí vivíamos todos porque las veredas no tienen muchas facilidades en las escuelas de que los maestros puedan acceder a casas propias.

Esta escuela era muy retirada del caserío, tenía las tablas y el techo podrido y la rodeaba la zona verde, la selva por todos lados, era una vereda que quedaba a ocho horas de la cabecera municipal.

Al otro día a las 11:00 a. m. salieron los grupos y dijeron estas palabras “si nos abalean por el camino, nos devolvemos y todos los que están aquí se mueren” cuando salía el último estaban entrando a otra vereda más alejada que estaba a dos horas, era una multitud de personas impresionante se llevaron caballos, ganado, gallinas, “eran como la roya, todo lo que encontraban en el camino se lo llevaban”  la escuela la dejaron saqueada, las casas donde había brote de guerrilla la quemaron.

Cuando ellos salieron nos fuimos para una casa donde había una bocamina (entrada a una mina) que apenas estaban empezándola a trabajar pero ya llevaba unos metros de profundidad, fuimos por si a ellos los abaleaban nosotros nos metíamos ahí, cuántos días, no sabíamos si quiera, ella solo tomaba agua no consumía alimento por los nervios.

 A los tres días de que esto paso habló con la guerrilla y les pidió salir de allá cuando llegó a la zona municipal le comento al secretario de educación y a la jefa de núcleo y solamente le dijeron que no podían hacer nada por ella que lo único que podía hacer era ir a poner la demanda como desplazada, fue y la puso ante el personero y fue de la única forma que la reubicaron en una escuela del municipio a hacer una materna mientras llegaba el 22 de noviembre de 2002 que se le acababa el contrato.

***

En el  3 de septiembre de 2003, la profesora fue trasladada para la vereda el patio de la mula era una zona muy violenta ya que allá solamente habitaban los grupos de la guerrilla, cuando ella llegó se enteró por un gran amigo llamado José que vivía allí que la guerrilla la declaraba objetivo militar porque había estado en la vereda la Po. José le expresó que ellos habían dicho que si ella iba a ver a su familia (padres e hijos) que le respetaban la vida, pero que si iba a verse con el marido la iban a matar porque el marido tenía vínculos con las autodefensas. El muchacho le dice a la profesora que había expuesto su vida por ella pues le habían dicho que si era mentira que ella iba a ver a su familia que los iban a matar a él y a ella.

Ella llegó a Segovia y de nuevo buscó ayuda con el personero. Cuando regresó a la vereda de nuevo se enteró que habían matado a la profesora Janeth López, a quien había detenido la guerrilla para investigarla porque según ellos tenía vínculos con las autodefensas y además de eso tenía una hija con uno de ellos.

Ella se encontraba con un muchacho que era especial, entonces ellos le preguntaban que si él era paraco y él decía que sí, la muchacha pedía que la soltaran pues ella tenía cinco hijos, que no le hicieran nada, y ellos la soltaron supuestamente y ella camino desde donde la tenían encerrada hasta una vereda llamada el osito que queda por los lados de remedios donde podía coger el carro y dio la espalda para recogerse el cabello, que le llegaba a las caderas, y ellos le hacen dos tiros en la espalda y uno en el cerebro.

Cuando ella estaba detenida le mandó una carta a su mama y a sus hijos donde decía: “mis hijos, yo salgo de esta y nunca más nos vamos a separar siempre vamos a estar juntos, yo nunca más los voy a dejar, y a mi niña pequeña abrazos y besos”


Cuando llevaron el cuerpo a Segovia todos los maestros amigos lloraban en un solo llanto al sentir la impotencia y al ver que para ellos no hay ninguna protección en el campo, “para nosotros no hay ninguna protección en el campo, solo contamos con una tiza, un borrador y un grupo de niños, es la única protección que tiene un docente en el campo”. 

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