OMAR: en nuestra historia reciente y
actual los educadores han sido víctimas de la violencia
paramilitar, guerrillera y estatal. Según los autores del libro: “La Federación
Colombiana de Educadores es la organización sindical que registra el mayor
número de homicidios contra sus afiliados y el mayor de número de violaciones a
la vida, la integridad física y la libertad. Entre 1986 y 2011, 889 de sus
afiliados fueron asesinados, 2.733 fueron víctimas de amenazas, 37 de atentados
con o sin lesiones, 53 desapariciones, 122 detenciones arbitrarias, 40
secuestros y 19 torturas. En términos porcentuales del total de homicidios
cometidos contra sindicalistas en Colombia, el 31% correspondieron a FECODE, al
igual que el 50% de las amenazas, el 24% de los secuestros, y el 19% de las
detenciones arbitrarías y las desapariciones. (Sindicalismo Asesinado, Pág.31,
Bogotá, Edit. Debate, 2012).
IVAN: Colombia tiene el deshonroso
registro de ser el país donde más se han asesinado maestros en el mundo en las
tres últimas décadas. Del 2004 al 2006 en Colombia fueron asesinados 236
sindicalistas, mientras en el resto del mundo fueron asesinados 162. La
impunidad es vergonzosa, el 96% de los asesinatos no han sido castigados sus
responsables.
Los maestros han sido asesinados de
todas las formas y en todos los lugares: en la sede de sus sindicatos, como el
caso de Luis Felipe Vélez, presidente de la Asociación de Educadores de
Antioquia (ADIDA) asesinado por paramilitares el 25 de Agosto de 1987, por
orden de Carlos Castaño. En la propia velación fueron asesinados, un día
después, Héctor Abad Gómez y Leonardo Betancur.
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